La Sonrisa Suavizante
Éste es el primer paso en el camino y el más importante. La Sonrisa Suavizante es la clave de la apertura hacia la dimensión de la comunicación con nosotros mismos a través de los sentidos. Sin la capacidad de sentir no se desarrollan las prácticas internas, tan sólo ideas y conceptos mentales.
El hecho de sentir permite poner el foco de atención en el momento presente, que es el lugar en el que la energía se encuentra siempre disponible. La Sonrisa Suavizante nos conecta directamente con la fuerza vital.
Los Seis Sonidos Curativos
La capacidad de modular el flujo energético en los órganos vitales se desarrolla a través de los Seis Sonidos Curativos. Mediante la modificación del flujo energético en los órganos empezamos a actuar directamente sobre las emociones y sobre la manera en que nos sentimos. Éste es también el primer paso del aprendizaje para revitalizarnos a través de las prácticas energéticas.
La capacidad de sentir que se ha despertado a través de la Sonrisa Suavizante se desarrolla ahora por medio de sentir cada órgano. Esta práctica también se conoce como “Enamorarse de los Órganos“ y tiene como resultado un mayor cuidado y respeto hacia uno mismo.
Los Seis Sonidos Curativos nos aportan una simple y poderosa herramienta para regular la calidad de nuestras emociones.
Qi Gong ( Chi Kung): Estiramientos Básicos
Es una sencilla secuencia de estiramientos desde los pies hasta la cabeza, destinada a aumentar el flujo de energía y a unificar el cuerpo.
El ejercicio respiratorio tan importante llamado “Respiración Espinal” ayuda a modificar las cualidades de la sangre y de la mente, mejorando de ese modo la capacidad para enfocar la mente con claridad y experimentar la calma.
Esta secuencia de estiramientos es el preludio de todas las prácticas energéticas daoístas. Su práctica cotidiana aumenta la autoestima.
Alineamiento de la Estructura 1: Abrazar el Árbol
Una parte esencial del trabajo energético consiste en adoptar el correcto alineamiento físico entre las dos fuentes principales de energía, a saber, la tierra (abajo) y el cielo (arriba). Sin un correcto alineamiento no es posible enfocar la mente con claridad durante largos periodos de tiempo, pues empezaremos a sentirnos cansados.
La posición estática llamada “Abrazar el Árbol” alinea todos los huesos del modo más eficaz posible. A través de su estructura cristalina, los huesos actúan como “antenas” por medio de las cuales las energías del cielo y de la tierra circulan y se unen. Esta postura revitaliza con un mínimo esfuerzo. Asimismo, en los primeros estadios permite descubrir en minutos dónde se localizan los bloqueos que impiden el correcto fluir de la energía. Su práctica diaria establece los cimientos de la integridad personal en lo que hacemos y la capacidad de llevar a cabo lo que emprendemos.
La Órbita Microcósmica
Ésta es la primera práctica en la que tomamos contacto directo con la fuerza vital y su flujo a través del sistema de meridianos. No es posible profundizar en el trabajo energético si no se tiene una experiencia clara y consciente de cómo se siente la energía.
La Órbita Microcósmica es un sendero circular que recorre la espina dorsal y la parte frontal del cuerpo, conectando con todo el sistema de meridianos de energía. Se le considera la “Calle Mayor” del flujo energético, de modo que es esencial mantener esta avenida abierta y en movimiento.
Cada vez que completamos conscientemente un circuito de la Órbita Microcósmica, nuestro nivel personal de vitalidad aumenta.
Todas las prácticas energéticas daoístas acaban en la Órbita Microcósmica y es a través de esta práctica que iniciamos una amistad con la fuerza vital para toda la vida. La práctica diaria genera un sentimiento de poder personal y la capacidad de realizar nuestro propósito con eficacia.